Renzo Formigli es uno de los últimos artesanos en el mundo capaz de crear cuadros de carreras a medida, únicos y personalizados

Renzo Formigli nació en Florencia en 1968 en una familia de ciclistas. Desde pequeño estuvo rodeado de bicicletas, tanto que, a los ocho años, expresó a su madre el deseo de convertirse, al llegar a la edad adulta, en un constructor de bicicletas de carreras. A los doce años, con la ayuda de Sirio Bartoli, comenzó a asistir a algunos talleres donde se trabajaban las dos ruedas, para poder entender la mecánica de este objeto tan fascinante y, sobre todo, para comenzar, en los próximos años, a construir su primera bicicleta con el kit de tubos de montaje que le pidió a su padre como regalo.

Así nació la primera bicicleta de Renzo Formigli: el primer paso de un largo viaje que lo llevaría a convertirse en uno de los últimos artesanos que quedan en el mundo. Un momento crucial en su carrera profesional fue su encuentro con Cino Cinelli a los 21 años. Cinelli, uno de los más importantes constructores de la época,Cineli se sorprendió gratamente por el entusiasmo y las ganas de este joven, tanto que dedicó su tiempo a enseñarle los secretos de este arte y las mejores técnicas artesanales para crear bicicletas de carreras con características únicas. Cuando nos encontramos con una bicicleta Formigli con tubos y uniones de acero montados y terminados, nos damos cuenta de que solo un experto en el sector podría haber concebido algo tan ‘perfecto’. Aunque los materiales utilizados han evolucionado desde los tiempos de Cinelli, Renzo siempre ha permanecido fiel a la lección impartida por su «maestro», especialmente en los Diseños.